Macri en PROblemas
El cardenal Jorge Bergoglio retó al jefe porteño Mauricio Macri y le remarcó que: “cometió una grave falta como gobernante”. Llamativamente, para el titular del episcopado no hubo nada que reclamarle al jefe de la ciudad respecto del escándalo por las escuchas ilegales, ni por el arresto de su dirigente predilecto en materia de seguridad Jorge “Fino” Palacios, ni mucho menos por la patota que legitima el despojo por parte de la Unidad de Control del Espacio Público – UCEP- . Nada de eso.
Tal vez, gran parte de la sociedad esperaba que la reprimenda llegara por el correo electrónico que recibió desde la secretaría porteña Néstor Leonardo, cuñado de Macri, en donde el propio Mauricio por medio de su secretaria le pedía que enviara una declaración a la prensa que lo desligara de las escuchas del delito-atentado que sufrió hace unos días, cuando supuestos delincuentes le dispararon a su brazo izquierdo y no le robaron ninguna pertenencia.
Sin embargo, el sermón de Bergoglio fue en relación al matrimonio homosexual que le permitirá a Álex Freyre y José María Di Bello poder contraer matrimonio el 1 de diciembre próximo, Día Mundial de la Lucha contra el HIV.
El acto nupcial se capitalizó luego de que la jueza Gabriela Seijas declare inconstitucional dos artículos del Código Civil -172 y 188- para habilitar el casamiento entre personas de mismo sexo. La comuna tenía la posibilidad de apelar; sin embargo, Macri ordenó no utilizar esta estrategia admitiendo que “no me voy a oponer a un proceso que está ocurriendo en todo el mundo”.
Tiempo atrás, el ex presidente del Club Boca Juniors, que volvió privado el acceso al público popular, había declarado a Página/12 que la “homosexualidad es una enfermedad”. Incluso, la llamó, en aquel momento, “una desviación”.
Macri pareciera ser discípulo de Silvio Berlusconi. Ambos quisieron imponer un modelo económico similar, donde un sector social tiene acceso a lo privado, mientras que la mayoría se ve despojada de estos servicios. Uno, privado en el sentido de privacidad; el otro, en sentido de privación.
Ahora, ambos tienen otra similitud, ser protagonistas del escándalo. En Italia, la Iglesia se indignó por las fiestas y orgías del primer ministro, pero no por los obscenos negocios que éste realizó a costa del Estado. Aquí, el cardinal con aspiraciones a ser Papa también cometió el mismo error: el del reproche equivocado.
El cardenal Jorge Bergoglio retó al jefe porteño Mauricio Macri y le remarcó que: “cometió una grave falta como gobernante”. Llamativamente, para el titular del episcopado no hubo nada que reclamarle al jefe de la ciudad respecto del escándalo por las escuchas ilegales, ni por el arresto de su dirigente predilecto en materia de seguridad Jorge “Fino” Palacios, ni mucho menos por la patota que legitima el despojo por parte de la Unidad de Control del Espacio Público – UCEP- . Nada de eso.
Tal vez, gran parte de la sociedad esperaba que la reprimenda llegara por el correo electrónico que recibió desde la secretaría porteña Néstor Leonardo, cuñado de Macri, en donde el propio Mauricio por medio de su secretaria le pedía que enviara una declaración a la prensa que lo desligara de las escuchas del delito-atentado que sufrió hace unos días, cuando supuestos delincuentes le dispararon a su brazo izquierdo y no le robaron ninguna pertenencia.
Sin embargo, el sermón de Bergoglio fue en relación al matrimonio homosexual que le permitirá a Álex Freyre y José María Di Bello poder contraer matrimonio el 1 de diciembre próximo, Día Mundial de la Lucha contra el HIV.
El acto nupcial se capitalizó luego de que la jueza Gabriela Seijas declare inconstitucional dos artículos del Código Civil -172 y 188- para habilitar el casamiento entre personas de mismo sexo. La comuna tenía la posibilidad de apelar; sin embargo, Macri ordenó no utilizar esta estrategia admitiendo que “no me voy a oponer a un proceso que está ocurriendo en todo el mundo”.
Tiempo atrás, el ex presidente del Club Boca Juniors, que volvió privado el acceso al público popular, había declarado a Página/12 que la “homosexualidad es una enfermedad”. Incluso, la llamó, en aquel momento, “una desviación”.
Macri pareciera ser discípulo de Silvio Berlusconi. Ambos quisieron imponer un modelo económico similar, donde un sector social tiene acceso a lo privado, mientras que la mayoría se ve despojada de estos servicios. Uno, privado en el sentido de privacidad; el otro, en sentido de privación.
Ahora, ambos tienen otra similitud, ser protagonistas del escándalo. En Italia, la Iglesia se indignó por las fiestas y orgías del primer ministro, pero no por los obscenos negocios que éste realizó a costa del Estado. Aquí, el cardinal con aspiraciones a ser Papa también cometió el mismo error: el del reproche equivocado.
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