jueves, 26 de noviembre de 2009

Treinta tipos y una mirada

Un zumbido
que drenan sus ojos
silencio atroz
los pies, dispersos,
caminan corriendo
en varios yo
intactos,
sin reflexión.

Fue en un segundo
que vi como esos ojos
me miraban
(no debieran
tener esa mirada).

Las lluvias en gotas
reguero de pólvora mojada
balaceras del cielo
que nunca acribillan
al dolor.

-Me seguís mirando
y hace días que no te veo-.

Baldozas blandas
zoquetes húmedos
zapatillas descuajeringadas.

Un sol oculto,
el semáforo en verde,
plena avenida indiferente.

Continúa mi cuerpo
mientras mi alma no avanza.
Hay veces
en donde sólo un sentimiento
atraviesa las precisas palabras:

-"La puta, cómo duele"

-Qué es lo que te duele

-Eso que no ves

-Qué no veo

-Mirá...

-No veo nada.

...

Nada.

Me pregunto,
finalmente,
cuál habrá sido el día
el momento,
en el que estos treinta tipos
cruzan esa jodida avenida,
cada día,
sin poder ver a
esa maldita mirada.

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