domingo, 19 de julio de 2009

ODIOs


Mamá hoy no va a cocinar
harás de padre de tu hermano
en las calles frías
tan lejanas
del cálido hogar.

No me mires así
tenes tantas razones para odiar
la pelota se volvió un pañuelo
no tenes tiempo para llorar,
en el subte deberás vender
los goles que tendrías que soñar.

El color del amor
va oscureciéndose con la noche
te veo temblar
rasguñan las miradas,
de los que miran sin mirar,
el frío y el hambre
se pelean por nockear ...
de a poco veo tantas razones
para que empieces a odiar.

Ya no hay timbres ni campanas
que te den un descanso para crear.
Ya no hay manchas,
ni rayuelas,
la soga que saltabas
comienza a apretar.
¿Qué queres ser cuando seas chico?
"Debo ser tumbero como papá".

Roba niño, roba niña,
que te han sitiado el corazón
tan lejos de la escuela,
queda lejos el amor.
Desde el tren se ve como se alejan
los abrazos, los amigos, la pasión...
Tienes razones pequeño,
para convertir en odio
tantísima exclusión.

Acá viene Paco,
la morfina de la crueldad,
vamos comete
este chico con hambre,
ni vos, ni el Estado,
van a exigir piedad.

Run poxi, run...
pega en estas veredas los sueños
así de grande cuando escapes
los puedas volver a buscar.

Niña de la calle te llaman
niño en la calle serás...

No le pidas al señor de canas azules
que te deje dormir aquí
Pídele que no saque el arma,
que no es necesario gatillar
si el que domina es el miedo,
no va a estar viendo a los ojos
a quien va a matar.

¡Bang, Bang, Blumberg!
¡pará con eso de voltear!
Al ingeniero de fantasía
ante la pregunta:
"¿hey amigo, no tienes una moneda
para morfar?"
responde, sin escrúpulos:
"no nene, andá a laburar".

Che tarado
para de chatear
que acá hay una poesía
para que apagues el celular:
"¡no pensemos más como hacerlo
hagámoslo y ya!".

Maestra, no le traje su manzana...
vea que ya no quiero estudiar,
mi cerebro solo piensa
en una manzana para desayunar.
¡Gracias por darme la roja!
usted es un bombero
en un país que enseña
que no debemos estudiar...

Por favor, digalé a Adán y a Eva
que si envenenada está
ya no se preocupen,
un poco de alucinación
no vendrá mal.

¡Oh dios! ¡qué odio!
¡porque no vienes tu a darme libertad!
por lo menos dame tus limosnas
¡¿para qué las quieres?!
si ya no tienes que madrugar ...

En la calle ya no importa
si el destino es el infierno
acá bajo el cielo,
tan lejano el sol,
los brazos se quedan sin fuerzas
y en el alma se extingue el amor.

Veo extender tus brazitos
esos dedos que aflojan la tensión
se abren y se estiran
como cuando rompe una flor.
Ya no quieres monedas
sólo un poco de amor...
Mientras caen
en tu corazón
las migajas del cobre
casi en silencio
en voz baja agradeces,
soltando una ironía que dice:
"muchas gracias, señor".

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