¿Hasta dónde vas
pensando tanto?
Se pierde el misterio
si digo lo que quiero
hacer con vos.
No hables, esta vez.
Mirame que te escucho,
verás que
nuestras miradas
sabrán decirlo mejor.
Ahora te leo
mientras escribes
tus angustias
sin saber por qué.
Oíme: nadie más fuerte
que tu alma
para frenar el llanto.
Nada más tierno
que el roce de tus labios
mordiéndome los míos.
Ojalá que tu pómulo
se resbale
en mi cachete
y se haga trizas
en mi boca.
¿Hasta dónde
vas pensando tanto?
Si tus ojos
siguen alumbrando
cuando llueven
lágrimas.
Si el dolor se ancla
te va a morder
el alma, va a pisotear
tus sonrisas.
¿Qué hago entonces?
Si en este escenario
lo que mejor me sale
es ser el protagonista
de la desesperación.
No se gritar más fuerte
que con el silencio,
sólo, mientras te miro.
Miro como pasas frente
a mi vida.
Dejo que vuelen
tus pensamientos
por el cielo,
no puedo olerlos,
ni tocarlos.
Me quedo sin aire
y sin respirarlos.
¿Hasta dónde vas
pensando tanto?
Si el cerebro no sabe nada
de corazones enamorados,
no entiende de razones,
ni de sueños, ni siquiera
palpita.
No es capaz de
mojar tu cara
con lágrimas,
cuando el beso
más profundo,
más hermoso,
más eterno,
une nuestras angustias,
transformándolas,
sabiamente, en amor.
¿Hasta dónde vas
a seguir pensando?
Si solo tenes que decirme que si,
aunque nunca te lo haya preguntado.
Let it be… sefiní
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Podría haber elegido otros títulos: “Me cortaron las manos”; “El teclado no
se mancha”; “Se les escapó la tortuga” o “Podeti me mintió, Tamara Di Tella
me ...
Hace 14 años
2 comentarios:
Volvió el mago a jugar en espacio reducido, gambeteando en una baldosa, picante, punzante. con la espuma en la boca por la rabia del punto y seguido.
Brindo por las líneas cortas que dicen mucho, que provocan, mientras los demás -entre los que me incluyo-, nos quedamos estupefactos y por complicidad mas que por inercia, empezamos lentamente a abrir la boca, hasta darnos cuenta que ese es el efecto motriz que nos dice que hemos leido algo que por unos instantes logró separar nuestro sistema nervioso cental de la capacidad de interpretar racionalmente los factores externos de eso que en la calle llaman cotidianeidad.
Pensé que era heroína, pero creo que le dicen poesía.
Salud!
clap clap clap para el rulo
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