sábado, 10 de octubre de 2009

PALERMO HOLLYWOOD



Lo sentaron al banco y le dieron la dieciséis. La cabellera casi le llegaba a la cintura en un glamour bien de los ’90. Fue en San Martín de Tucumán donde no tuvo chances. Pensó, en aquel momento, que si largaba el fútbol aprovecharía su altura para convertirse en un buen pivote en la zona pintada de alguna cancha de Básquet.
Al final tuvo una oportunidad, pero en Estudiantes de La Plata. Con la roja y blanca empezó a pinchar: su primer gol –primera ironía- fue frente a San Martín de Tucumán - lo que se conoce, gracias a Juan Pablo Varsky, como la ley del Ex – el loco 22 de mayo de 1993.
Sin embargo, se hizo famoso en la cancha de River, con un gol Monumental: ése día, el Pincha metió 4 y Palermo festejó meditando cerca del banderín del corner.
Boca se enamoró. Diego Maradona lo recomendó y el Loco desembarcó en el equipo de la Ribera.
Empezaron a pasar cosas raras: Martín se disfrazó de mujer para una revista deportiva, pateó un penal resbalándose y anotó frente a Platense –generó una discusión en FIFA para saber si la conversión era válida- y en la Copa América de 1999 falló tres penales -entró al libro Guinnes como récord negativo-.
Luego, sufrió su primera lesión grave: se cortó el ligamento cruzado de la rodilla izquierda, pero su racha se mantuvo: con la rodilla rota, en cancha, convirtió su gol N° 100. Boca perdía al delantero que en el campeonato anterior había convertido 20 goles en 19 partidos –récord en torneos cortos-.
Estuvo 7 meses inactivo y volvió a jugar contra River Plate, en el partido de vuelta por los cuartos de final de la Copa Libertadores 2000, el 24 de mayo de 2000, en La Bombonera.
El deté de River era Américo Gallego que ante los rumores de que Carlos Bianchi, entrenador de Boca en aquel momento, citaría al goleador averiado, declaró irónicamente que “Si Bianchi pone a Palermo yo pongo a Enzo” (por Francescoli, ídolo de River Plate, retirado del fútbol un par de años atrás). Palermo, ingresó y marcó el tercer gol de su equipo en tiempo de descuento en lo que se conoce como “el gol en muletas”.
El Loco debe su apodo, además, a sus festejos exóticos: alguna vez se bajó los pantalones, bailó, se sentó en un banquito que estaba al costado de la cancha, le gritó el gol a la cámara, se lanzó contra un cartel, se trepó a un palco y saludó desde allí arriba.
Meses después, Boca disputó la Copa del Mundo en Tokio, Japón, frente al Real Madrid. En menos de 5 minutos, el Loco, había alcanzado un par de goles. Boca salió campeón y Palermo fue premiado como el jugador más valioso del partido.
Pero la “suerte” del “optimista del gol” como lo definió Bianchi no siempre estuvo de su lado. Jugando en el Villareal de España, tras haber marcado un gol, se acercó a las gradas a saludar al grupo de hinchas que se amontonó y provocó el desmoronamiento del muro de cemento sobre su pierna derecha, que le costó una fractura expuesta de Tibia y Peroné.
Pero el Titán tuvo un momento aun más difícil: cuando perdió a su hijo recientemente nacido, Stéfano. Ese día pidió jugar y ya en su segunda etapa en Boca, le hizo dos goles a Banfield. Su festejo fue con un llanto conmovedor escondido entre los abrazos de sus compañeros.
De regreso a su casa, la Bombonera –es el goleador histórico de la cancha de Boca-, volvió a escribir escenas de su filmografía: El 18 de marzo de 2007 frente al rival de su corazón Gimnasia de La Plata (“El lobo” es el equipo al que más goles le metió: hasta el momento son 13), convirtió por primera vez en su carrera 4 goles en un mismo partido. En esa semana ya le había embocado 3 goles a su ex club Estudiantes, totalizando 7 goles en 7 días.
El 24 de febrero de 2007, ante Independiente, anotó el tercer gol de su equipo desde atrás de la mitad de la cancha (61,8 metros). En 2008, frente a River Plate, por el Torneo de Verano, se colgó del travesaño para alcanzar una pelota y de ése extraño modo logró convertirle un gol más a su clásico rival.
En 2008, sufre una vez más la rotura de ligamentos cruzados. La lesión lo mantuvo seis meses fuera de las canchas. Pero regresó: al poco tiempo consiguió hacer su gol Nº 200. Fue ante el Deportivo Táchira: El gol 200 fue de media chilena.
Pero hay más: El 4 de octubre, contra Vélez, el arquero contrario Germán Montoya, rechazó desde su área, y Palermo, desde casi 40 metros, devolvió ese disparo con su cabeza, convirtiendo otro gol histórico.
Ayer, 10 de octubre, el “D10S” Maradona intituló el gol a Perú en el minuto 93, como una obra de "San Palermo". En plena tormenta y casi con un pie afuera del mundial de Sudáfrica 2010, el loco Martín metió el gol que le dio la victoria a Argentina e hizo que su historia de vida se parezca cada vez más a un rodaje con un único sello: el de Palermo Hollywood.

2 comentarios:

luchito dijo...

Minuto cuarenta del segundo tiempo, se me ocurre decir "esto es un final cinematografico". Y fue eso. Y lo que me da asco, es que estaba tan caliente con el partido que no grite el gol, solo insulte y tire piñas para todos lados. Estoy indignado.
Buen resumen querido. Ahora faltan Cordoba, Ibarra, Bermudez, Samuel, Arruabarrena; Basualdo, Serna, Cagna; Riquelme; Guillermo y Palermo que ya esta.

Santiago Salemme dijo...

Muy buen resumen nachito! Espero que andes bien, un abrazo grande! Pasa por el nuestro, mandelaalmundial.blogspot.com
Abrazo grande, y hablams para juntarnos a tomar unas birras o algo, asi charlams!!!