martes, 10 de febrero de 2009

Lluvia


El clima enrarecido
me devuelve una bolsa de palabras
que inundan
la soledad.
Húmedas, sollozas,
repiquetean en la acera
las lágrimas del cielo.
Sin abrigo
con desparpajo
se dejan caer
cómo enviadas
por el misterio
de la angustia...
Grises, explotan en llanto,
pequeñas gotas
que fluyen mitigando
el ardor que ha raspado
la tierra...
Ronca el cielo,
mientras los rayos intentan despertarlo.
Y aquí, en el bunker
de mis recobecos, veo
como las gotas caen y golpean
las almas desamparadas.
Ríos de llantos
de gente que no da más...
Qué no aguanta más.
El cielo gris, comprensivo,
pinta la angustia que cada de uno de nosotros
no sabe expresar,
Siempre erosinándonos por dentro.
Lluvia, qué hermosa eres...
-por más que no tenga más a mi amor
para compartirte.-
Lluvia, vienes a visitarme
cómo aquellos domingos
fríos, llenos de sol.
Acá estamos,
otra vez,
me da ganas de abrazarte...
En esa inmensidad
que te envuelve,
mostrando tus artes de ballet
en el cielo infinito.
Lluvia, triste,
bella,
eres lo que somos por dentro.
Agua enfurecida
que implosiona
por tanto desamor.
Eres de mis sueños
el más querido...
Cada vez que me visitas
miro tus truenos
y delirios...
Veo desde tus pies
tu frente bien alta,
impoluta,
tus efectos
maravillosos y dramáticos...
Todos somos lluvia...
Cada gota,
bañando nuestras almas...
Las gotas que recorren nuestras mejillas,
se mezclan con las que brotan
de nuestras retinas...
Llueve, lluvia...
muestra tu desencanto,
haz más negro este día gris,
vuelvete compañera de las almas solitarias...
Riega los campos
inunda las ciudades,
ellas serán las culpables
por poner asfalto en tu tierra...
Expresa tu desencanto
moja las pieles
deja correr tu enfado...
Abrir los brazos bajo
tu pecho,
dejar que lo invadas todo...
Mezclemos las angustias
agua infinita...
Podrán con todo...
menos contigo.
Vendrás cuando tu quieras
libre, como los cuentos.
No olvidaré,
las tardes de tristezas...
ahogado de angustia
y de tu agua...
Hemos tenido
infancias parecidas...
No olvidaré las gotas de chocolate
que prometiste,
los rayos de energía
que me darías...
Hoy te tengo aquí,
cumpliendo tus promesas...
Avalando mis sueños,
dejando de ser una
maravillosa
metáfora,
estableciendote en mi alma,
ahogando mi corazón.

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