lunes, 8 de diciembre de 2008

Espasmos

Levitan mis ojos
en el aire que respiras,
un sonido que vuela
sin saber entrar en la mediocridad.
También se suma aquel grito
que explotó en mis manos,
hermosa melodía,
canción que debí cantarte al oído.
Tus labios son los que escribieron esta historia
que hoy navega en la abstracción. Espacios de delirios
que disfruto en mi imaginación.
Son las escenas que recuerdo, flores favoritas
que se inventaron para el amor.
Adonde se escapó el aroma,
del perfume que preferí.
Adonde caminan los pasos de la conciencia.
Porqué corren tan rápido estos párrafos
si no saben como hacerlo.
Quién es el destino
para decirme lo que tengo que hacer.
¿Eres lo que pienso?
Tal vez seas, lo que no puedes ser.
¿O pensás que lo que no alcanza se desvanece, simplemente?
La culpa es sólo lo que está a tu alcance...
Hoy necesitas mucho...
No te acostumbres a no tenerlo.
Peleá que vale la pena.
No pretendas escuchar lo que no sé escribir.
(siempre leíste todo como quisiste).
Mérito tuyo. Estrategias del arte del amor.
Te digo: Hay sueños repartidos en el mundo que inventó mi mente
-un cerebro como patrimonio del corazón que me saqueaste; por necesidad, o lo que fuese-
Dignate a devolverlo. O aferrate.
No hay grisis, ni matices.
Camino con mis manos por que arrastro mis pies.
No me lleva la inercia, sino mi actitud.
Necesito de la tormenta más escandalosa. -De esas históricas. -
Espero una buena lluvia.
Meter la cabeza debajo, como si fuese ducha.
Quiero de las estrellas y del sol, porque no quedan más lunas bañadas en chocolate.
Vos querés lo mismo.
Hemos perdido los ojos que nos recitaban nuestros paisajes.
Nos hemos perdido.
Y ya no nos encontramos.
Me quedan recuerdos. Siempre tristes, porque los recuerdos por más que sean felices, te angustian. Dan nostalgia, lágrimas del recuerdo. -un verdadero vacío estomacal.-
Y son los recuerdos al azar que saco metiendo la mano en la memoria.
Luego, los tiro a la basura con tal de que no me estrangulen más la garganta.
A vos te escribo que te amo tanto.
No sé exactamente por qué te dejo lejos de mi vida.
Me duele un infinito no taparte más a la noche.
LLora la felicidad, pero no se arrepiente.
La vida es una sola y la libertad no se negocia.
Ni la tuya, ni la mía.
Ni la de nadie.
Disculpame-aunque no baste.-
Las cosas no son como quería por que mis sueños ya son fantasías.
Entonces, todo ha perdido sentido de realidad.
Ya no quiero vivir una vida de mentira.
¿Tu que piensas?
Pues yo, en la alegría...
Un similar ladrillito -comparable sólo con parte de tu amor-
para la construcción de mi felicidad.

1 comentario:

Germán Uriarte dijo...

Me rindo a tus pies!
Say no more...