martes, 16 de diciembre de 2008

Estar de acuerdo


Camino a la terminal
los pasos esquivan
a las baldosas que curiosas
asoman sus frentes rotas
desafiando el pisotón.
Los árboles,
que de día ruborizan el paisaje,
de noche, conspiran a favor
de la oscuridad.
Los barrenderos cepillan
la acera como matando el tiempo.
Los tacheros agazapados,
pescadores de la madrugada.
Solo quieren el pique
de monedas
para vivir la vida suplente que les tocó.
Los puestos de diarios
venden pésimas noticias,
los colectivos, como barcos,
en el mar de la violencia
navegan a todo vapor.
Anclados en el puerto,
los obreros,
se manchan con el frío,
cabizbajos,
sumisos por el dolor.
Los colectivos se escapan,
trasladan los cuerpos
de la gente que va a trabajar.
Pasajeros cansados,
con cejas fruncidas.
Ojos invisibles.
Quedan pasajes caros,
sobra mano de obra barata.
Por la ventana del horror
queda expuesta la realidad.
Las publicidades estandarizan los gustos.
Madres que son padres.
Niños que son padres.
Padres presos.
Hijos de nadie.
Ebrios de dolor.
Los héroes anonimos.
Cabezas gachas,
el piso es el paisaje.
Los sueños aplastados por baldosas.
Las manos sin fuerzas para arrancarlas...
(Al menos que alguna vez
nos pongamos de acuerdo).

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